Para los que no me conocen; mi romance con México tiene más de 10 años y suelo visitarlo al menos dos veces al año. Su cultura me inspira en mi día a día. Su arte, gastronomía y artesanía representan esa energía creativa tan única que tiene ese país. 
Zona Maco comenzó hace 20 años en Ciudad de México, -el cual ahora se ha convertido ya en ArtWeek- cubriendo la ciudad entera llena de arte. 
Mi recorrido empezó explorando la arquitectura convertida en arte en el estudio de Bosco Sodi, (un artista mexicano centrado en la exploración material, el gesto creativo y la conexión espiritual entre el artista y su obra). Además de fundar espacios para incentivar el arte como la residencia de artistas ¨Casa Wabi¨ en Puerto Escondido, -al que fuí y me enamoré de su arquitectura-, Sodi busca trascender las barreras conceptuales. 

Después de la visita; fuí a una reunión en ¨Contramar¨, un clásico de la ciudad para “work lunches”, ubicado en el corazón bohemio de la ciudad, ¨La Condesa¨. Ahí tuve un encuentro muy interesante con unos clientes regionales, el cual, como buen mexicano honorario, lo hicimos bien extenso. Entre tostadas de atún, pescado a la talla Contramar (con chile rojo y perejil), mezcal y buena “plática” (como dicen los mexicanos refiriéndose a las conversaciones) nos dieron las 8:30pm, hora a la que decidí regresar al hotel a cambiarme para seguir la noche. 
A las 9:30pm fuimos a ¨Ticuchi¨, el restaurante hermano de Pujol, justamente donde primero abrió el restaurante sus puertas. Ticuchi es un lugar oscuro para dar ese sentido de intimidad, desde la calle puedes ver una cocina abierta, donde también sirven directamente la comida para los comensales que deciden quedarse fuera compartiendo. 

Al otro día, pudimos levantarnos bastante temprano, ya que, la noche anterior no hicimos mucho. 
Fuí con mi amiga al gimnasio y sauna, para luego salir a atacar el día. Caminamos por el barrio de Polanco para llegar a ¨Eno¨ (un lugar de desayuno enfocado en la gastronomía mexicana), donde pedí unos huevos a la mexicana (revoltillo de huevos con chile) y mis amigos unos huevos rancheros. Después, entre todos pedimos una tarta Santiago (tradicional con almendras, naranjas y orujo), la cual es mi favorita; acompañada de tarta de queso y bowl de berries. 
De ahí, salimos finalmente a Zona Maco en el Centro de Convenciones de México. Donde los artistas y las obras que me llamaron mucho la atención fueron: 

Guillermo García Cruz, de Montevideo, Uruguay; con una investigación que intenta representar –de forma analítica– como nuestra mirada cotidiana está mediada por los colores presentes en la imagen digital (de las pantallas de los ordenadores, a los móviles y escaparates LED de publicidad).

Josefina Concha una artista textil de Chile- quien trae a la luz siglos de herencia latinoamericana a través de una comunión con la artesanía y la naturaleza.  Al utilizar elementos como la piel, el cabello, las plantas y los animales como inspiración inicial;  ha encontrado en las miles de capas de hilo tejido, la posibilidad de pintar y dibujar sin depender de esos medios, haciéndose eco de una tradición que se ha transmitido a través de generaciones de mujeres.  La naturaleza es su principal fuente de inspiración, su parecido con el cuerpo humano, la exuberancia del color y la forma; la vulnerabilidad de la materia viva, la riqueza visual y simbólica de los elementos, son los temas que inspiran su obra.

Ruben Rodrigo, de Salamanca, España (aunque vive y trabaja en Madrid). Elabora obras abstractas con mucha profundidad, sus colores son mayormente de la paleta de los primarios, con mucha translucidez y potencia. Durante el trajín de ir de galeria en galeria, nos paramos en un restaurante pop up de Grupo Habita (un grupo que admiro mucho dentro del mundo de la hotelería latinoamericana, quienes han desarrollado conceptos hoteleros espectaculares alrededor de México) llamado ¨Kakukega¨ donde probamos: tataki de res, tostada de camarón, chirashi, soba noodles de té verde y helado de chocolate blanco con camote morado. 

Al caer la noche, fuimos a ¨Osteria de Becco¨, un restaurante italiano ubicado en Polanco, un spot clásico de los locales. Cada vez que voy regreso a mi plato favorito que son los pappardelle allo zafferano.
Entrando el sábado, desayunamos en el hotel y fuimos directo a ¨Material¨, otra feria de arte, siendo esta más contemporánea y alternativa (personalmente mi favorita de ArtWeek). Algunas galerías que me gustaron fueron:
Vigil Gonzales. De Cusco, Peru 
El Kilómetro. De San Juan, Puerto Rico
Saenger Galeria. De CDMX, Mexico 

Después de los primeros dos pisos de galerías, de los cuales me llamaron la atención la cantidad de galerías europeas y asiáticas que formaron parte de esta feria, dando por hecho el peso que representa ArtWeek dentro del contexto del arte global.  Al subir al último piso, donde estaban expuestos los estudios de diseños arquitectónicos latinoamericanos y europeos, conocí:
Unique Design X Group,  una boutique de feria fundada por mujeres para la promoción del diseño coleccionable y su comunidad de creadores y sus galerías. Entre los artistas: Manuel BaÑo de España, EWE Studios de CDMX, y Ballista de CDMX. 

Firmemente, sigo mucho el arte como una expresión que debe de llevarse a cabo en todas las vertientes de S/Cavoli. Siento que el arte puede muchas veces inspirarme hasta para un evento, logo y/o estrategia. La parte visual, para mi no solo compone una estética, sino, un mensaje y sentimiento pensado, detrás. 
La Ciudad de México, con su diversidad cultural, es un lienzo en constante evolución. Los invito a sumergirse en esta experiencia única, donde la creatividad y la cultura convergen en una sinfonía que solo esta ciudad puede ofrecer.

Un Oasis de Creatividad

En el corazón de nuestra agencia de comunicación y eventos, se encuentra un espacio que trasciende la mera función de una oficina para convertirse en un refugio de creatividad e inspiración. 

Desde el momento en que se atraviesa el umbral, se percibe una atmósfera única, donde la armonía entre formas, texturas y colores crea una sensación de calma y bienestar. Las líneas limpias y los espacios abiertos invitan a la reflexión y la colaboración, mientras que los toques de arte cuidadosamente seleccionados añaden un elemento de sorpresa y estimulación visual. 


La iluminación juega un papel crucial en la creación de esta atmósfera envolvente. La luz natural fluye a través de amplios ventanales, bañando el espacio en una suave luminosidad que cambia sutilmente a lo largo del día. Por la noche, la iluminación artificial se convierte en una obra de arte en sí misma, resaltando cuidadosamente cada rincón y detalle. 

Más allá de su estética impecable, lo que realmente define la esencia de este espacio es su capacidad para fomentar la creatividad y el pensamiento innovador. Con el propósito de inspirar a quienes lo habitan. 

Este nuevo espacio es un reflejo de nuestra pasión por la excelencia y la creatividad. Diseñado con un alto criterio de estética sin sacrificar la funcionalidad ni dejar de lado nuestra identidad caribeña